"Sueño con dos partes".

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Parte I
Este "sueño" comienza muy loco y no sé como pega a la otra parte…
Lo que recuerdo más al principio es que estoy en mi casa y dos tigres de bengala bebes entran por la puerta de patio a mi casa. Eran hermosos, pero igual me daban miedo, uno cargaba un ratón en la boca…
Luego en el pasillo de mi casa los volví a ver y eran como una especie de bebés lobos negros jugando con el pobre ratón. Hice todo lo que pude para sacarlos y dejarlos en el patio.
Al ir al patio siento una música bellísima, no sé creo que era en inglés, y pensé que tenían una fiesta al lado de mi casa, cuando abrí la puerta del patio vi a dos niñas hermosísisimas, como de 4 años con sus cabellos largos, una rubia y otra con el cabello oscuro, sentaditas en unas sillitas de tela. Alrededor de ellas habían halos y puntitos luminosos de todos los colores. Todo el patio estaba oscuro, sólo iluminaban ellas y se reían cuando me acerqué a ellas. Me decían cosas y también me dieron un consejo, que tenía que hacer algo, no recuerdo qué era!!
Cerré la puerta y le pregunté a alguien de la casa (no sé quien) y me dijo que ellas eran unos espíritus elementales como los del fuego y del agua. Que eran como de los malos los mejorcitos… una cosa muy loca.

Parte II
No sé como llego a esta parte del sueño… tema que es recurrente en mis sueños “el lugar de los muertos”. Soñé que estaba en una casa muy bonita, parecía como de un pueblito de Mérida, sus paredes de barro pintadas, sus tejitas anaranjadas, sus matitas guindando. Hermosa la casita.
Ahí estaba mi abuela, pero se veía más joven, luego apareció otra señora igual a mi abuela que se parecía mucho más a ella y era más gorda. Mientras las veía su cara cambiaba de forma, y yo trataba de recordar bien como era ella para poderla identificar.
Al final de tanto ver, una si era mi abuela, la otra no… Me quedé conversando con la que más parecía a mi abuela, y me dijo que estaba muy feliz. Que cuando estaba viva, los últimos años estaba muy triste, y que ahora está mejor, que hasta está comiendo mucho. La abracé fuerte, muy fuerte. Fuimos a su cuarto que había una litera y nos acostamos a conversar en la parte de abajo.
Luego se abrió una puerta, y vi a un hombre, sólo le podía ver los pies porque había una toalla colgada en la litera que me impedía ver de quien se trataba. Veía sus jeans y su zapatos tennis, y en mi mente me comencé a imaginar la cara de alguien muy malo, algo así como un diablo.
Descorrí la toalla y era un muchacho muy simpático, extremadamente muy delgado, muy alto, con una barba rubia pegada. Me mostró que esa puerta daba a una oficina y me invitó a entrar.
Era una especie como de estudio creativo y publicitario, hacían animaciones para publicidades. La oficina era un poco oscura, todo estaba hecho de cemento, los escritorios, las repisas de las paredes, todo! Ahí en las repisa estaban figuras en plástico de sus personajes.
El chico era muy amable conmigo y me invitó a pasear por esa ciudad, no sé si se le puede llamar así, pero eso parecía, una ciudad. Pues era una mezcla de ciudades que conozco y otras inventadas.
Fuimos al cine que ere como los cines cuando yo estaba chiquita, unas salas grandes e independientes de los centros comerciales. Ahí había gente amiga de este muchacho y me los presentó. No recuerdo la película que vi pero era muy interesante, tenía que ver algo con un documental de problemas sociales.
Luego fuimos a un mercado donde vendían flores, las flores estaban puestas en baldes de plástico, y había de todo tipo. En ese lugar también había niños que estaban como que visitando el lugar. Había una parte donde vendían lanas, telas, botones, y ahí los niños compraban todos los objetos para sus disfraces de actos culturales.
No sé el chico me paseó, y conversamos mucho sobre el estar muerto, y por lo que vi se sentía igual que el estar vivo. Y en eso, en la calle, apareció una nave espacial gigante, una nave espacial de extraterrestes estaba sobrevolando el lugar, la nave se veía como de animación 3D de mala calidad, pero igual me dio mucho miedo. Y me dijo el muchacho que los avances científicos de los extraterrestres estaban tan avanzados que… ya estaban metiéndose con el mundo de los muertos y con las mentes de los humanos.
Me dijo que me escondiera y que ni siquiera respirara, puesto que se darían cuenta de mi presencia porque era la única viva del lugar, la única que respiraba!!!
Entonces contuve mi aliento y cerré mis ojos muy fuerte, esperé a que se fuera, cuando oí alejarse el sonido de la nave fue que pude volver a respirar.
Nada me salvé!! Seguí hablando con este chico, y en eso apareció un hombre joven, vestido de frac y sombrero de copa, con un bastón en la mano, muy raro, con ojeras y demás, y me dijo que ya era hora de irme. Me mostró una puerta y me hizo pasar por ella, así abrí mis ojos y vi la sábana de mi cama, estaba depierta.
Que forma tan sutil de pasar del sueño a la vigilia…

"Lucia Borjas" (Maracaibo. Venezuela)